En 1951 Eduardo Chillida dejó Paris definitivamente para volver a San Sebastián, estar cerca de su tierra, dejar de trabajar las formas clásicas y empezar una nueva etapa artística.
Así entra en contacto con la forja, sus piezas simulan utensilios de labranza, el hierro, el papel y más tarde se decide con la piedra, el alabastro, la madera y el acero.
En 1982 adquirió el caserío Zabalaga. Lo que en principio era un lugar de trabajo, un sitio donde colocar sus esculturas durante el último proceso de oxidación, pasó a ser su sueño de un museo donde poder dejar sus trabajos para que fuesen expuestos al público.
Inaugurado en el año 2000, el Museo Chillida-Leku es un espacio hecho a la medida de la obra de este artista en donde sus esculturas aparecen entre hayas, robles y verdes prados, en donde arte y naturaleza conviven en perfecta armonía.
¡Siempre es un placer repetir la visita!
Chillida-Leku Museum, a fantastic place for a venue or a visit. Do not forget to go if you are in the Basque Country.