En Singapur se ha concedido a Bilbao el premio urbanístico Lee Kuan Yew. Hace unos días dejábamos unas imágenes de lo que llamábamos el nuevo «skyline» de Bilbao porque realmente la recuperación de la ciudad no deja de sorprendernos a diario y ha cambiado el panorama urbano. Hoy se ha abierto al público el nuevo edificio de la antigua Alhondiga, un centro multidisciplinar y de encuentro que iremos descubriendo poco a poco. En pocas semanas acabará de armarse la Torre de Iberdrola y los edificios de la zona van tomando forma. Pero los proyectos siguen. En unos años Bilbao se ha convertido en una ciudad con grandes atractivos no sólo para sus habitantes sino también para la gente de fuera. La recuperación de sus paseos, el de Los Caños, la Ría y Artxanda, entre otros, su gran oferta cultural y la rehabilitación de sus casas y edificios singulares hacen de Bilbao un lugar a re-descubrir. Aquí os iremos dejando imágenes de estos nuevos espacios que se crean en la cuidad. Si os animaís podeís subir fotos en nuestra página de facebook SN Comunicación, Protocolo y Organización de Eventos.
Javier, nos acordamos de aquella exposición en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. La verdad es que todo parecía un sueño. Un sueño demasiado bueno para hacerse realidad pero, como dices tu, gracias a la visión y el tesón de algunas personas es algo que hoy en día las gentes de Bilbao podemos disfrutar y sobre todo hacen que nos sintamos muy orgullosos de nuestra ciudad, cosa que antes no sucedía.
Desde nuestra experiencia tenemos que decir que también hay que tener en cuenta que hay que saber transmitir los proyectos. La comunicación es un valor estratégico al que a veces no se le presta la atención debida.
Tiempos estos fantásticos para parar un momento y echar una vista atrás.
Lo que ahora es un algo obvio e indiscutible, fue una gran apuesta y un auténtico «camino de espinas» para los que pusieron en marcha lo que se ha convertido en el «efecto Bilbao» como lo llamó el Alcalde de Pittsburgh cuando se inauguró la exposición «Bilbao, la Transformación de una ciudad» en el Carnegie Mellon.
Hace aproximadamente 20 años se inauguró una exposición en el Museo de Bellas Artes ( en cuya inauguración que estuvieron presentes los arquitectos Foster y Calatrava) que un diario titulo algo así como la exposición del «Bilbao de las maquetas».
Las obras del metro estaban recién iniciadas y sólo se oían criticas y chistes fáciles. Para que un metro en Bilbao, que derroche, qué bilbainada. Como que no hay cosas más importantes que hacer en Bilbao (nunca supimos cuáles eran, o si las dijeron ya nadie se acuerda)
El Museo Guggenheim era atacado frontalmente por partidos, agrupaciones «culturales» y medios de comunicación como si nos hubieran hecho el «timo de la estampita».
Eran los tiempos en que Ming Pei el arquitecto chino-americano nos proponía las primeras ideas para la transformación de Bilbao y muchos (sí, muchos) miraban aquello como los delirios de un grupo de responsables políticos que habían perdido el juicio.
Fueron los tiempos de «esa locura» de Bilbao Ria 2000, nacida, según muchos (y sigo usando el término muchos) para jugar a casitas y malgastar dinero público. Era por entonces cuando Cesar Pelli propuso sus primeras ideas para el Master Plan de Abandoibarra, muchos se llevaban las manos a la cabeza.
Vivimos una década de demoledora crítica interior que ¡Sorpresa! Contrastaba, sin nosotros saberlo, con un creciente interés y admiración internacional. El mundo del arte, la arquitectura y el urbanismo miraba a esa pequeña villa del norte de la Península ibérica curiosos por saber cuál era el catalizador que impulsaba a sus instituciones a impulsar y liderar un proceso de transformador revolucionario, de difícil comparación con las transformaciones de otras ciudades.
Suena a bilbainada, pero quién sino es capaz de explicar las razones que impulsaron al Art Institute of Chicago a plantear contener una exposición sobre la transformación de Bilbao e una de sus salas centrales si no fuese eso real. Si no fuera así porque el ICEX propuso que esa misma exposición corregida y aumentada fuera a Shanghai hace casi 10 años. Si no fuera así quien explica que esa exposición fuera también reclamada por Melbourne, Boston, Vitória ( la capital del Estado brasileño de Espíritu Santo), Pittsburgh o Lisboa.
Bilbao, el nuevo Bilbao, es una realidad básicamente gracias al empeño de un grupo de responsables institucionales que tuvieron la visión, la capacidad y los medios necesarios para poner en marcha este milagro. Es una realidad a pesar de la oposición frontal de ciertos grupos políticos, de “intelectuales” y de medios de comunicación que se empeñaron en luchar contra todo lo que significaba ese cambio. Y que aún hoy en día esperan con las espadas afiladas a que cualquiera de aquellos lideres del cambio tengan el menor tropiezo para saltar a por ellos porque aun no les han perdonado su visión y su éxito en impulsar el cambio. No se lo han perdonado, porque en el fondo, a pesar de haberse convertidos en el último minuto, ese éxito les recuerda su doble fracaso: el de los planteamientos que les llevaron a oponerse a ese proceso y el de haber sido incapaces de acabar con ese proceso al que tanto se oponían.
Todos correrán ahora a ponerse en la “lista de los responsables del milagro” pero será bueno recordar que no fue así. El número de apoyos al proceso de transformación de Bilbao es algo así como el de los adoquines de París. Si todos los que afirman haber estado en el Mayo del 68 lanzando adoquines a la policia, lo hubieran estado en realidad, no hubiera habido adoquines suficientes en París.
Mi reconocimiento a aquel grupo de visionarios que pusieron las bases del Bilbao más cercano a ser la “capital del mundo” que jamás hemos tenido los vascos.